En términos económicos, ¿podría cifrar el ahorro que supone para las empresas el uso de la videoconferencia?
Algunos de nuestros clientes recortaron su cuenta de gastos en desplazamientos del orden de un 70 por ciento. Ahora bien, el retorno de la inversión en este tipo de soluciones es en meses. Además del ahorro económico, como decía, aportan un valor para el que no hay alternativa: el tiempo real, lo que permite que mejoren la eficacia del proceso de toma de decisión y se conviertan en herramientas de productividad.
Además de este ahorro económico y temporal, ¿qué otro tipo de beneficios aportan estas herramientas?
En efecto, cada vez más estas soluciones, además de ahorrar dinero y tiempo, contribuyen a reducir las emisiones de CO2. Los medios de transporte más habituales son el avión y el coche, emisores de dióxido de carbono.
La utilización de alternativas posiciona a las empresas, siendo un medio de diferenciación. Utilizan para ello el respecto al medio ambiente.
En este sentido, la videoconferencia también permite una mejora social, al abrir la mano a la conciliación. Con estas soluciones la empresa permite que el 25 por ciento de los empleados pueda ir a la oficina algunos días, trabajando el resto desde casa.
¿Cuál es el perfil del cliente que usa estas herramientas?
Aquí encontramos ciertos prejuicios. Existe la percepción de que este tipo de soluciones, por su precio, sólo pueden ser disfrutadas por las grandes compañías. Esto no es verdad.