En marzo, el gobierno de EEUU golpeó al fabricante chino de equipos de telecomunicaciones ZTE con algunas de las restricciones de exportación más duras impuestas en los últimos años por supuestas infracciones a las exportaciones de EEUU a Irán. Desde entonces, ha habido prórrogas temporales para la compañía, pero la multa debería entrar en vigor ahora (después del 27 de febrero).
Si no se llegara a un acuerdo o una nueva prórroga antes de la fecha límite, los proveedores estadounidenses tendrían prohibido hacer negocios con ZTE, lo que podría cortar gran parte de la cadena de suministro de la compañía china. ZTE confía en que los proveedores estadounidenses mantengan alrededor de un tercio de sus componentes.
“Hemos estado cooperando activamente y comunicándonos con los departamentos pertinentes del gobierno de EEUU para llegar a una conclusión en la investigación”, ha afirmado ZTE en una presentación ante la Bolsa de Valores de Shenzhen.
“El resultado de las cuestiones de liquidación sigue siendo incierto, pero probablemente tendrá un impacto material en los resultados operativos de la empresa y el balance financiero”, ha expuesto la firma, tal y como recoge Reuters.
Las medidas que ha tomado ZTE para aplacar a Washington incluyen una revisión de la gestión y el nombramiento de un nuevo jefe de cumplimiento de las normas de exportación de EEUU.
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