Dentro de la pequeña celda de combustible conviven cuatro componentes, un compartimento con agua, una fina membrana, una cámara con hidruro de metal y el montaje de los electrodos. Debido a sus escasas dimensiones, la tensión superficial, no la gravedad, controla el fijo de agua a través del sistema, lo que significa que la celda continuará funcionando incluso si se mueve o rota, por tanto es perfecta para ser integrada en cualquier gadget de bolsillo.
Los primeros diseños generaban 0,7 voltios y 0,1 miliamperios durante 30 horas, pero según parece, los últimos diseños ofrecen una intensidad de corriente de 1 miliamperio a un voltaje similar a los primeros modelos. Por supuesto, estamos hablando de unas tensiones e intensidades que no pueden alimentar un teléfono móvil o un gadget a día de hoy, pero si es más que suficiente para sistemas electrónicos simples o microrobots.
vINQulos
New Scientist