En los tiempos que corren, en los que los ciudadanos ven en internet de forma habitual los programas que más les gustan de la televisión, cortar las alas a la red puede ser un suicidio empresarial.
Las distribuidoras estadounidenses de televisión por cable, uno de los métodos más populares en el país para llegar a las cadenas televisivas, han anunciado que incluirán en red el acceso a los mismos canales y productos por los que pagan los propios usuarios, que tendrán así dos cauces para llegar al mismo producto.
“El consumidor es el rey, no nosotros los proveedores de contenidos, ni ustedes los distribuidores,” ha denunciado aún así el presidente ejecutivo de Disney, Bob Iger, que no está nada de acuerdo con la posición de los proveedores, tal y como publica Reuters.
La iniciativa no ofrecerá nada nuevo al usuario y no enriquecerá la red, lo que preocupa a Iger, que ya ha explicado que la idea puede ser vista desde un punto de vista muy negativo y como un plan anticonsumidor, más que a favor de dar un buen servicio.
Y… continuando con los tiempos que corren, una solución así no pondría freno a la filtración de usuarios de las cadenas (y de pago) a la red (gratuita y pirata en muchos casos).
La industria tiene, por tanto, que seguir buscando alternativas a opciones cada día más populares como el visionado de series en red en páginas alternativas.
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