Holanda acaba de aportar tranquilidad a los clientes del grupo ING.
El Gobierno neerlandés ha inyectado este fin de semana un total de 10.000 millones al gigante financiero, en un intento por frenar la depreciación a la que se encontraba sometido tras el lanzamiento de rumores sobre su falta de liquidez.
La administración ha comprado parte de la deuda subordinada de la compañía, como recoge hoy la prensa económica, una decisión “distinta, novedosa y pionera”, como explican fuentes de ING Direct España a Cinco Días.
De este modo, se frenarían los temores de los clientes de la compañía y, por ende, el miedo al efecto que los problemas de esta firma podrían tener en la banca virtual, campo en el que fue pionera.
Por el momento, la inyección de capital ha conllevado un golpe de oxígeno a la cotización de la empresa en la bolsa de Amsterdam. ING crece más del 22 por ciento.
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