La noticia de Ars Technica explica además que la llamada Office of the Inspector General (OIG) realizó un estudio del número de armas y portátiles desaparecidos hace unos años.
Las cifras que aparecieron en 2002 fueron preocupantes: 3,82 armas ‘funcionales’ desaparecían al mes, más otras 5,07 armas de entrenamiento y, atención,10,71 portátiles desaparecidos cada 30 días.
Los esfuerzos de la OIG por controlar este desastre parecen haber funcionado, ya que ‘tan solo’ desaparecen 1,09 armas funcionales al mes, 0,41 de entrenamiento y 2,64 portátiles.
Evidentemente las medidas de control han reducido notablemente las desaparaciones, pero si perder armas ya es grave, perder portátiles con información que podría estar clasificada sería aún mucho más peligroso. De hecho, la OIG ha señalado que no sabe cuáles de esos portátiles perdidos podrían almacenar información confidencial, si es que la hay. µ
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Ars Technica
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