El futuro edificio, que se conoce popularmente como “El platillo volante” por el original diseño que ha podido verse en las maquetas presentadas, se está escapando de las pretensiones económicas de Apple.
Al parecer, como informan en Businessweek, el presupuesto inicial era de 3.000 millones de dólares y los nuevos cálculos hablan de que habría ascendido en 2.000 millones de dólares hasta situarse en un total de 5.000 millones de dólares.
Ante ese panorama en Apple han apremiado al arquitecto responsable del proyecto para que logre rebajar en 1.000 millones de dólares los costes.
Además, todo apunta a que las obras no darán comienzo este año y tendrán que retrasarse hasta 2014, lo que implica que hasta el año 2016 no empezarían a trasladarse empleados al nuevo campus.
El objetivo para el nuevo complejo de Apple, que tendrá cuatro plantas y contará con alrededor 232.000 metros cuadrados, es que llegue a albergar a 14.200 trabajadores, una cifra muy superior a los 2.800 que están instalados en su actual sede.
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