Apps nativas vs apps HTML5: la guerra ha comenzado

El debate no es evidente para el usuario medio. Este simplemente accede a la tienda de apps de su plataforma móvil, escoge la que más le interesa y la descarga. Las apps nativas dominan el mundo diseñado por Apple para su App Store, que ha sido copiado por Google para Android y por todo sistema operativo móvil que se precie.

Y sin embargo, el debate sobre las apps web, impulsadas principalmente por desarrolladores y por entidades como Mozilla, no hace más que crecer. El HTML5 avanza a pasos agigantados y ya ha sido abrazado como estándar web por casi todos, por lo que pasar de las apps nativas a las app HTML5 parecería un paso lógico similar al que llevó a tener cada vez menos programas instalados en el ordenador a favor de acceder a ellos a través del navegador.

Defendiendo las apps web están los desarrolladores y todas las compañías creadoras de aplicaciones, para quienes las ventajas son muchas: en vez de tener que desarrollar una app distinta para cada plataforma móvil, utilizando lenguajes distintos y necesitando a personal distinto especializado en cada sistema operativo, podrían desarrollar una sola app HTML5 que valiese para todas las plataformas. Además, el proceso de actualización de esa app es también más sencillo y rápido, pudiendo hacerse directamente y sin tener que esperar la aprobación de la tienda en cuestión.

¿Significa esto que el HTML5 acabará sustituyendo a las apps nativas? Posiblemente no. Esos mismos desarrolladores que sueñan con las facilidades de tener que crear tan solo una app para todas las plataformas obtienen también a través de las tiendas de apps algo que les sería difícil si se volcaran en las aplicaciones web: visibilidad. Estar en una tienda como la App Store de Apple o la Google Play Store da a la app muchas más posibilidades de llegar al usuario.

El otro freno a las apps web: Apple, Google y todos los demás

La otra razón por la que quienes triunfan son de momento las aplicaciones nativas es la evidente: a las grandes propietarias de plataformas móviles, Apple y Google, no les interesa que las apps web se conviertan en norma. Han hecho que su universo móvil girase alrededor de sus tiendas, por lo que abandonar esa lucrativa senda no está entre sus planes.

Mientras tanto, las malas lenguas comentan el error de Steve Jobs en su cruzada contra Flash: al salir vencedor y lograr que Adobe matara a Flash para móvil, muchos desarrolladores recondujeron su camino hacia el HTML5. Este giro podría dañar a Apple, pero desde Cupertino no muestran signos de preocupación. Su App Store sigue con su trayectoria de éxito y los días en los que el HTML5 pueda parecer una amenaza están todavía muy lejos.