Al parecer, para que el invento funcione hay que expresar las palabras en nuestra mente “más allás del pensamiento”, pero sin llegar a pronunciarlas. Así que hará falta algo de entrenamiento, con el peligro añadido de convertirnos en un tipo robótico como el del vídeo. Por el momento, hay un límite de 150 palabras o frases, pero esperan tener una versión más avanzada a finales de este mismo año. [New Scientist]
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