Estamos ante un dispositivo que se ha rediseñado desde un modelo anterior, pues estamos ante una versión descafeinada del bq AquarisM4.5 que vio la luz el mes de julio, con unas dimensiones de 63,5 x 131,8 x 8,8 milímetros y 115 gramos.
En cuanto a sus especificaciones técnicas cuenta con una pantalla IPS de 4,5 pulgadas con resolución 540 X 960 píxeles, mientras que por su interior corre un Mediatek MT6735M a 1GHz, acompañado de 1GB de memoria RAM y una capacidad de almacenamiento interno de 16GB ampliables mediante microSD hasta 64GB.
En el apartado fotográfico, su cámara frontal dispondrá de 5 megapíxeles con flash, mientras la trasera contará con 8. La batería, 2.470mAh. Dual SIM, 4G LTE, XWiFi N, Bluetooth 4.0 y GPS. Todo ello con Lollipop 5.1.1 bajo Android One, el programa que asegura que Google se encargará de actualizar el terminal durante al menos 4 meses.
Estará a la venta a partir del 23 de octubre por un precio de 169 euros.
Y ahora mi duda, si originariamente este programa, Android One, fue diseñado para según Google traer smartphones a países emergentes donde la renta “per capita” oscilaba los 250 dólares mensuales, es decir naciones en crecimiento donde no todo el mundo puede costearse un smartphone de grandes prestaciones, me resulta como mínimo chocante que este programa llegue a España, ¿somos para Google un país económicamente emergente? ¿o somos el primer país no emergente en recibir Android One?
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