Oficialmente destinado a “proteger a la juventud” y con obligación de instalación antes del 1 de julio, el Green Dam ha sido fuente de todo tipo de críticas, llegadas desde Estados Unidos y la Unión Europea, empresas del sector, grupos de defensa de la libertad de contenidos en internet e incluso algunos medios de comunicación estatales temerosos de un aumento definitivo del control de la Red por las autoridades.
Incluso, los principales fabricantes de ordenadores mundiales enviaron una carta al gobierno chino explicando las implicaciones en seguridad, privacidad, fiabilidad del sistema, libre flujo de información o libre elección del usuario que el filtro plantea, solicitando la retirada de la directiva.
Retirada en modo de “aplazamiento indefinido” que ha llegado desde el Ministerio de Industria y Tecnología chino, según informó ayer por la tarde la agencia oficial Xinhua. No sabemos hasta cuando, aunque con el Green Dam o sin él, China sigue siendo uno de los mayores censores del planeta.
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