Como en todo en lo que participan las personas, independientemente de que sea en Internet o fuera, hay conversaciones de nuestras entidades que se están produciendo que a lo mejor se tratan de rumores infundados, pero que si no somos capaces de detectar y conocer, no podremos parar.
Con estas nuevas herramientas, lo que sí que ocurre es que
un rumor, tanto positivo como negativo, se puede propagar mucho más rápido que en un entorno tradicional, pudiendo hacer mucho daño en muy poco tiempo. Aquí la solución está en conocer qué se dice de nosotros y actuar rápidamente en caso de que lo que se comenta es infundado. Y si lamentablemente lo que se dice es negativo pero es real, actuar con velocidad para intentar corregirlo y comprometerse con los clientes en solucionarlo.
Pasos a seguir Lo más útil es disponer de un plan de marketing o de un plan de estrategia online que tenga en cuenta no sólo las herramientas 2.0, sino la filosofía que esconde.
Al ser un entorno que cambia mucho y muy rápidamente, este
plan debería marcar las pautas a nivel estratégico que nuestra presencia en Internet debería conseguir, así como los objetivos de negocio que nos hayamos marcado; pero debería ser lo suficientemente flexible para poder incorporar nuevas herramientas que van surgiendo y que en muy poco tiempo cobran importancia.
Por tanto, lo primero es marcar la estrategia, el posicionamiento que queremos conseguir a través de Internet, los clientes o segmentos a los que vamos a atender o dirigirnos, conocer a nuestros competidores online, los objetivos a conseguir (que pueden ir desde la captación de nuevos clientes, hasta el de dar un mejor servicio a nuestros clientes actuales), así como las métricas que necesitamos para valorar si se están cumpliendo.
Una vez definido esto, ya podemos definir las
acciones concretas con las que debemos intentar conseguir dichos objetivos: nuestra estrategia de precios, de productos, de distribución, y de comunicación que vamos a seguir. Y todo eso, con la ventaja de poder medir de forma exhaustiva si realmente se está produciendo el retorno que esperamos.
El
mundo 2.0 no es una moda pasajera, está aquí para quedarse y las entidades que no lo tengan en cuenta dentro de su estrategia, pueden verse afectadas, si no a corto plazo, sí a medio o largo plazo.