La polémica se lía cuando medios como el New York Daily News recogen la historia pidiendo a las familias de las víctimas del atentado del 11 de septiembre lo que pensaban del juego.
Las respuestas eran imaginables calificando de porquería y repugnante el montaje, aconsejando a su diseñador que se diera una vuelta “por el hoyo vacío” de la zona cero en Nueva York para ver lo que sentía.
Así las cosas, Square Enix, propietaria de Taito y de los derechos del videojuego Space Invaders, ha emitido una nota oficial, indicando que el montaje de Leipzig fue producido sin el conocimiento de Taito y utilizando contenido no autorizado.
La compañía afirma que está barajando iniciar acciones legales contra sus responsables y la organización de la Games Convention. Tres horas después de este comunicado la organización retiró el montaje.
Una pena que un pequeño homenaje a uno de los juegos más importantes de la historia termine así. Indudablemente el diseñador podría haber tenido el buen gusto de escoger otro tipo de edificio para ser bombardeado por los alienígenas.
vINQulos
WIRED
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