El proyecto será codirigido por Viktor Vekselberg, y se tratará de una ciudad -aún sin nombre concreto- que estará situada cerca de Moscú y que no será una de aquellas antiguas ciudades secretas en Siberia que eran fruto de los avances científicos rusos en pasadas décadas.
Bekselberg, un oligarca de los negocios en dicho país, y conocido por sus inversiones en energía solar, explicaba que esta ciudad será “una prueba de nuevos modelos de negocio” para tratar de reimpulsar la ciencia rusa para una era capitalista. Los científicos rusos han sido tradicionalmente sobresalientes, pero sus desarrollos rara vez han cristalizado en productos que acabaran en el mercado, algo que ahora está tratando de corregirse.
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