Europa confía en la tecnología biométrica

En un estudio de LogicaCMG, se desvela que el escaneado de iris o huella dactilar aumentará la seguridad a la hora de viajar o realizar transacciones financieras.

Privacidad y biometría

Europa tiene una percepción positiva de la tecnología biométrica, que permite el reconocimiento y autentificación electrónica de personas a través de rasgos únicos como las retinas, el iris o las huellas dactilares. Ésta es la conclusión de un estudio llevado a cabo por Vanson Bourne a petición del grupo de servicios de TI LogicaCMG.

El estudio fue elaborado a partir de entrevistas a 500 consumidores en España, Portugal, Reino Unido, Holanda, Francia, Alemania y la República Checa en abril de 2006. Según sus conclusiones, la comodidad y la seguridad a la hora de viajar y realizar transacciones financieras son ahora más importantes para los europeos que los inconvenientes relativos a la privacidad que solían percibirse en la biometría en el pasado.

Como media, un 84 por ciento de los europeos aceptaría sin problemas que le escanearan las huellas dactilares y el iris al viajar al extranjero, ya que esto agilizaría y haría más sencillos los procedimientos habituales del viaje. El 88 por ciento cree que la tecnología biométrica reducirá el robo de identidades, mientras el 85 por ciento está convencido de que disminuirá el fraude financiero.

Francia es el país donde más confianza se tiene en la biometría, ya que un 92 por ciento de los encuestados aceptaría recibir un escáner de iris y huellas al viajar. Sin embargo, la República Checa, con un porcentaje de respuestas positivas del 67 por ciento a la misma pregunta, es el país más reticente dentro de Europa. Por su parte, Portugal es el país donde más se confía en que la biometría reducirá el robo de identidades y el fraude financiero, con un 95 por ciento de encuestados convencidos de ello.

Tim Brew, director de prácticas de identidad electrónica en LogicaCMG, analiza los factores que impulsan tales niveles de aceptación. “La confianza del consumidor en la precisión ha sido el factor principal. El desarrollo continuo de la tecnología subyacente en la biometría ha experimentado notables avances desde los primeros días de esta técnica, ofreciendo una mejor y menos intrusiva experiencia a los usuarios”.

En opinión del directivo, “consecuentemente, ahora el foco del debate son los beneficios reales de estos sistemas y cómo llegan las soluciones biométricas al mundo real. Hemos llegado a un punto de inflexión en el que la mayoría de los europeos evalúa positivamente las ventajas de la biometría en aspectos como la seguridad y la comodidad”.

Despliegue de la confianza

El 71 por ciento de los encuestados se sentiría más seguro si empleara la huella dactilar o una tarjeta de identidad biométrica para pagar bienes y servicios en el extranjero. Nuevamente, Portugal encabeza esta tendencia, con un 85 por ciento, mientras en Holanda, la aceptación cae hasta el 46 por ciento.

Tim Brew explica las razones de algunas de estas diferencias nacionales. “Actualmente, Portugal cuenta con cinco documentos de identidad nacionales, por lo que los portugueses tienen claro por qué su Gobierno quiere integrarlas en un único documento, y qué beneficios tendrá esta iniciativa”.

El directivo prosigue afirmando que “siempre ha habido un conocimiento público de las tecnologías biométricas, lo que ha sido clave para su aceptación. Ya en 1996, había estudios en Estados Unidos que mostraban niveles similares de aceptación de la tecnología de reconocimiento de huellas dactilares: el 87 por ciento en el caso de utilizar la huella digital como una forma legítima de verificación de la identidad, y el 77 por ciento en el caso de usar la huella como autenticación para extender cheques personales por grandes cantidades”.

Tim Brew comenta que gran parte de esta creciente aceptación en Europa tiene su explicación en que los países del continente se están “poniendo al corriente” y tomando más conciencia de los beneficios de comodidad y seguridad que hace posible la tecnología biométrica. “Cualquier interacción entre hombre y máquina puede ser una aplicación potencial para la biometría, y esta naturaleza ubicua puede ser un catalizador en todo el continente para el despegue de esta técnica”, concluye.