El funcionamiento es muy simple, la comida se coloca en la balanza que lleva incorporada, y la típica voz electrónica de GPS, te regañará como se de cuenta que el peso del plato disminuye demasiado rápido.
Según los expertos las prisas de los jóvenes a la hora de comer provoca que el cerebro sea incapaz de generar a tiempo una sensación de saciedad, por lo que a pesar de haber comido lo suficiente el cerebro sigue pidiendo más, lo que acaba incidiendo en un cuadro típico de obesidad.
El “Mandometer” fue desarrollado en Suecia, para todo lo contrario, combatir la anorexia haciendo que comieran más rápido, ahora se a adaptado y pretende frenar el problema de la obesidad, una prueba más de lo útil que puede llegar a ser la tecnología bien aprovechada.
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