El acuerdo incluye un ambicioso plan para incentivar al gobierno de Estados Unidos a seguir políticas basadas en el uso de energías renovables.
Google espera poder aportar su experiencia en software para centrarse en lo que llaman “redes eléctricas inteligentes”. Hasta ahora, la gente se limita a recibir una factura de la luz que paga como puede. La red inteligente quiere cambiar esto. Hay estudios que dicen que cuando se utilizan sistemas de monitorización para que la gente sepa la energía que utiliza el consumo se reduce. Google quiere conseguir esto haciendo que la gente pueda elegir el tipo de energía que utiliza y cambiar hacia las renovables.
Las compañías han prometido también colaborar en una fuente de energía renovable, que no será ni la planta de energía solar que tiene Google ni la eólica de General Electrics. En vez de eso, trabajarán en la producción de energía geotérmica mejorada, que se diferencia de las fuentes geotérmicas tradicionales en que en vez de confiar en las fuentes de agua naturales para la transferencia de calor, harán perforaciones y bombeos para obtener ese intercambio de calor.
La parte más interesante de la colaboración puede estar tal vez en su interés de actuar como lobby frente al gobierno estadounidense. Y si estas dos empresas no pueden presionar para que el Gobierno haga lo que se le pide, entonces nadie podrá hacerlo.
vINQulos
Ars Technica
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