Aunque el despegue de estas unidades está siendo algo más lento que el esperado -fundamentalmente debido a su alto coste- los fabricantes están haciendo que gradualmente las prestaciones de dichas soluciones mejores de forma notable. Es lo que ha logrado Intel con sus dos últimos modelos, que están basados en memorias NAND Flash MLC (Multi Level Cell).
Dicha tecnología les ha permitido conseguir tasas de lectura y escritura que doblan la media habitual en unidades SSD, y en estos modelos de Intel se logran en las pruebas realizadas por HotHardware rendimientos de 224 Mbytes por segundo en lectura y 74 Mbytes por segundo en escritura. Además los tiempos de acceso son igualmente impresionantes, pero eso sí, siguen teniendo la desventaja del precio. Son más caros que otros SSD, pero sobre todo son mucho más caros que unidades de disco duro tradicionales.
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