Se trata de las SSD Serie 320, que llegan al mercado con dos atractivos principales, por un lado se ha aumentado la capacidad de la memoria de forma que esta tercera generación puede almacenar hasta 600 GB.
Unido al incremento de la memoria llega la reducción en el precio, que hasta un 30% más bajo que en los anteriores discos en estado sólido X25-M SATA.
Las nuevas unidades cuentan con una velocidad de lectura de 270 Mbps y alcanzan tasas de escritura de hasta 220 Mbps. Las SSD Serie 320 siguen contando con la interfaz SATA II y están destinadas a su uso en portátiles y ordenadores de sobremesa, tanto en usuarios individuales como en los entornos empresariales.
La tercera generación de unidades SSD de Intel se presentan en seis modelos de distintas capacidades y precios: las unidades más sencillas de 40 GB cuestan 89 dólares (63 euros), las de 80 GB salen por 159 dólares (112 euros), mientras que las SSD de 120 GB valen 209 dólares (148 euros)
Por encima de estas se sitúan el modelo de 160 GB que cuesta 289 dólares (204 euros), la unidad de 300 GB por 529 dólares (374 euros), y el tope de gama, la SSD de 600 GB que alcanza los 1.069 dólares (757 euros).
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