Una Nikon Coolpix L18 con funda para sacar fotos subacuáticas se perdió en el mar y acabó flotando y siendo arrastrada en un cabo de Key West, donde fue encontrada por un investigador de la Guardia Costera, Paul Shultz.
Ahí comenzó el trabajo para tratar de devolver la cámara a sus propietarios: apenas había pistas aparte de una de las fotos en las que aparecía una camioneta con tanques de oxígeno para submarinistas.
Esa primera pista fue publicada en un foro en el que poco a poco los usuarios fueron colaborando para detectar que una de las fotos había sido tomada en Aruba, una isla holandesa de la costa de Venezuela. A partir de ahí todo fue hilándose, y 13 días después del primer post los propietarios lograron encontrar la cámara perdida.
Increíble, ¿o no?
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