Como suele ocurrir gracias a que Apple controla todo el hardware, la fragmentación de iOS es casi inexistente, estando la anterior versión del sistema operativo, iOS 7, instalada en el 90% previo al lanzamiento de iOS 8.
Días más tarde, iOS 8 supone el 46%, iOS 7 el 49% y el resto de versiones anteriores el 5%. Al parecer esta adopción está siendo más lenta que la de iOS 7 en su momento, ya que en las primeras 24 horas desde que se distribuyó iOS 7 su grado de acogida fue el doble del que está siendo ahora con iOS 8.
Bien es cierto que iOS 8 todavía tiene varios fallos y no está tan pulido como iOS 7, además de que novedades como HealthKit todavía tienen fallos que hacen que no estén operativas, Apple está trabajando duro para solucionar todos los problemas y hacer de iOS 8 la versión más estable y avanzada de su sistema operativo. Esperemos que lo consigan.
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