Aunque se puede entender las distintas necesidades comerciales de Telefónica en otros países, la diferencia de precio y de velocidad de algunas de sus ofertas fuera de España ha cabreado a sus clientes de su país de origen, más si tenemos en cuenta que los informes internos y externos establecen que el precio de la banda ancha española está muy por encima de la media de los países de nuestro entorno.
Precios caros, de los que Telefónica tiene la mayor responsabilidad, al ser el ex monopolio más caro de Europa (en su país de origen) y monopolizar una cuota de mercado por encima del 50 por ciento.
Por ello, desde Izquierda Unida se proponen distintas medidas como forma de eliminar la brecha digital. Entre ellas:
a) Conseguir una rebaja incondicional en el precio del ADSL concordante con el nivel de vida de nuestro país.
b) Conseguir una velocidad de bajada y subida que permita acceder en igualdad de condiciones a las del resto de países europeos, sobre todo de países donde opera Telefónica a través de su filial O2.
c) Conseguir una calidad del servicio que garantice la disponibilidad y acceso de cualquier ciudadano/a al ADSL con independencia de su lugar de residencia.
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