Se rechaza así el vergonzante pasteleo previo entre los gobiernos –encabezado por el francés- y una buena parte de los diputados que avalaron la ley Hadopi del ínclito Sarkozy. Parece mentira que la petición de una simple garantía, como la que sólo puede ofrecer el poder judicial, pueda tener tanto debate.
De esta forma el paquete completo sobre telecomunicaciones deberá volver a negociarse en otoño en el “comité de conciliación”. Será la última oportunidad de un acuerdo entre el consejo y la Eurocámara, aunque la nueva ley no podrá ser aprobada en esta legislatura.
Sólo es una pequeña victoria, aunque muy importante, ya que la enmienda aprobada trata a Internet como un derecho fundamental, asegurando que no habrá “restricción alguna a los derechos y libertades fundamentales de los usuarios finales sin una resolución previa de las autoridades judiciales”. Sin embargo, queda aún normativa que pretende aprobarse contraria a la neutralidad de la Red que otorga a las operadoras margen para discriminar y controlar la Red de redes. Queda tela por cortar.
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