La sociedad europea avanza hacia la innovación TI

La Carta Magna comunitaria, que será sometida a referéndum el próximo domingo en España, pretende promover el desarrollo tecnológico y económico de Europa.

El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, ha defendido la “necesidad de revisar” la Estrategia de Lisboa, que marca los objetivos en materia de desarrollo tecnológico e innovación de la UE, para poder abordar la transición hacia una sociedad basada en el conocimiento que convierta a la Unión Europea en la economía más competitiva del mundo en el año 2010.

En una intervención realizada en su foro personal del Web Europa2005.net, en el que los internautas dirigen a los políticos las dudas que les plantea la Constitución y las instituciones europeas, Borrell destacó que el crecimiento económico, la competitividad, el pleno empleo y el apoyo a las iniciativas empresariales “necesitan de una sociedad europea que promueva el fortalecimiento de las bases científicas, la investigación y la innovación tecnológica”.

Asimismo, aseguró que la Carta Magna comunitaria, que será sometida a referéndum el próximo domingo en España, “asienta firmemente las bases necesarias para promover el desarrollo tecnológico de Europa”.

Según el presidente del Europarlamento, la UE ha destinado más de 1.000 millones de euros a programas plurianuales de Tecnologías de la Sociedad de la Información durante el periodo 1999-2003. Además, Borrell destacó que la Comisión acaba de presentar el VII Programa Marco de Investigación para el periodo 2007-2013 que, a su juicio, identifica nuevos retos a los que la política de investigación debe hacer frente, como el lanzamiento de nuevas tecnologías europeas a través de la formación de plataformas; la mejora de la coordinación de programas nacionales; o el aumento del atractivo de Europa para los mejores investigadores”.

Por otra parte, Borrell recordó que la Unión Europea ha creado el “Grupo europeo de ética de las ciencias y nuevas tecnologías”, destinado a “conciliar la innovación con el respeto a la convicción moral de los ciudadanos europeos, asegurando en todo momento el respeto a nuestro derechos fundamentales”.