Ni siquiera la tasa de reposición o las nuevas tecnologías que abaratan los equipos o les dotan de potencias inéditas son capaces de atraer al comprador, todos parecen hipnotizados por smartphones y tablets y así se completan cuatro años seguidos de caída en las ventas de ordenadores, que no se animan ni con las nuevas versiones de Windows, que en otros tiempos mantenían cierto influjo en los tirones de la demanda.
Durante 2015 se vendió en todo el mundo un total de 288 millones de ordenadores, lo que supone un 8 % menos que en 2014 y supone, por primera vez desde 2008, vender menos de 300 millones de equipos en un año.
Las marcas líderes en ventas como Asus, Dell, HP y Lenovo continúan viendo cómo disminuyen sus ventas y la única que, moderadamente, puede presumir de un alza en la demanda de sus equipos es Apple, que como en muchos otros ámbitos parece circular por derroteros propios e independientes del resto de la competencia.
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