En la mayoría de las nuevas empresas de tecnología el papel del director de tecnología (CTO) es tan exigente y complejo como el de un entrenador deportivo. Esto implica una visión técnica de la compañía y controlar todos los aspectos de su realización.
El CTO conduce el desarrollo tecnológico e impulsa a la organización hacia la innovación. Cómo ejecutar esta es una de las funciones más importantes, determinando lo que es posible y necesario y a la vez siendo un visionario.
Para ello, este directivo debe asumir una posición de difusión del conocimiento que impacte en el día a día de la empresa. Tal y como comentó en su momento Peter Naur, “el objetivo principal de la programación no es producir programas, sino tener los programadores adecuados para construir las teorías que resuelvan los problemas”, tal y como recoge TechCrunch.
El CTO gana credibilidad con su equipo cuando ‘se remanga’ y baja hasta el trabajo diario de la programación, obteniendo la confianza necesaria para que su plantilla ejecute con éxito la visión estratégica.
Dado que el director de tecnología debe examinar y poner en tela de juicio los lenguajes de programación y sus paquetes de uso, si no se involucra en el nivel de ejecución podría hacer una elección equivocada de la tecnología llevando a su equipo a decisiones y desarrollos incorrectos.
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