Nintendo ha presentado sus primeros resultados bajo la dirección de Tatsumi Kimishima, caracterizados por una reducción del beneficio operativo.
En el segundo trimestre fiscal (de julio a septiembre) la compañía ha registrado un beneficio de 7.800 millones de yenes (64,7 millones de dólares) frente a los 9.300 millones de yenes un año antes.
No obstante, el fabricante japonés ha mantenido su pronóstico para todo el año apoyándose en unas ventas más fuertes de las consolas Nintendo 3DS y su entrada en los juegos móviles.
Durante los seis primeros meses del año, las ventas globales de hardware de Nintendo 3DS han llegado a 2,28 millones de unidades comercializadas. Por su parte, las ventas mundiales de software se han situado en 19,20 millones de unidades.
Respecto a Wii U, las ventas globales de hardware y software han alcanzado 1,19 millones de unidades y 12,37 millones de unidades, respectivamente.
Para amiibo, las ventas netas han ascendido a 204,1 millones de yenes (de las que las ventas al exterior han acaparado un 70,9% del total), obteniendo una utilidad operativa de 8,9 millones de yenes.
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