La Fundación Raspberry Pi está concebida por y para la comunidad. Cada movimiento llevado a cabo se debe, en gran medida, a lo requerido por los usuarios finales.
“Una de las sugerencias más comunes que hemos recibido”, explica Eben Upton en el site oficial de la Fundación, “es una versión más cara de Raspberry Pi con más RAM”. Esto permitiría mejorar las funcionalidades del ordenador mediante la ejecución de grandes aplicaciones al mismo tiempo, por ejemplo.
Pero la placa base, como comentaba Eben Upton en una reciente entrevista concedida a Silicon News fue concebida como herramienta formativa. La intención era que los niños aprendieran a programar; más tarde fueron muchos los usuarios que desbordaron las previsiones del equipo de Raspberry Pi.
Independientemente del público final, la principal seña de identidad y razón de ser de la fundación tiene que ver con el precio de la placa base.
Por eso, la petición de crear un producto más caro no es coherente con su filosofía; el precio más alto que contempla Eben es de 35 dólares.
¿La solución? Un modelo B -y no un modelo C que reclamaba en un principio la comunidad- de Raspberry Pi, con 512 MB de RAM (el doble que la versión anterior) al mismo precio. “Si tienes una orden pendiente, recibirás el dispositivo actualizado en lugar de la versión de 256 MB que pediste”, anuncia el fundador.
Para el resto, se llevará a cabo “una actualización del firmware en los próximos días para permitir el acceso a memoria adicional”, ha anunciado.
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