La ciudad de Cardiff ha sido donde estaban almacenados los miles de cartuchos R4, todos propiedad de un joven de 21 años que importaba y vendía a través de Internet gracias a una página web dedicada a tal efecto.
Según ELSPA (la patronal de la industria de videojuegos de Reino Unido, equivalente a aDeSe en España) los cartuchos son ilegales según la legislación sobre el copyright británica. Por el momento no ha habido ninguna sentencia en ese sentido, pero este caso podría ser el primero.
En España, ya intentaron criminalizar los cartuchos, aunque ya aclaró un abogado que tanto la modificación de consolas como el uso de cartuchos, según la legislación vigente, puede realizarse sin problemas debido a que se pueden usar legítimamente juegos de otras regiones mundiales así como juegos que sólo lanzan en Estados Unidos ó Japón, entre otras razones.
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