Gracias a su peculiar diseño, bien distinto de la mayoría de televisores de hoy en día, Samsung ofrece no sólo el televisor de 4K más grande, sino también uno de los más bonicos, o más feos, ya depende de quien lo mire.
La idea es darle una imagen de ligereza a pesar de su tamaño, que pareciera flotar en el espacio, además de poder inclinar la pantalla con facilidad. Pero el diseño también tiene otra parte funcional, ya que permite colocar un sistema de sonido de 120W alrededor de la pantalla.
Además, a diferencia de otros fabricantes que quieren ofrecer contenido directamente en 4K, Samsung apuesta más por sus algoritmos de upscaling, mejorando el contenido Full HD y llevándolo a formato Ultra HD.
Es toda una SmartTV que también incorporará el software Smart Hub, S-REcommendation y control por voz. Todo ello gracias a un procesador tetranuclear A15 a 1,35GHz muy capaz.
El precio y el resto de los detalles se aclararán en marzo cuando salga finalmente a la venta, aunque a juzgar por el precio de otros televisores 4K más pequeños, barato no creo que vaya a ser.
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