La mejora de la velocidad y capacidad de procesamiento, la inteligencia artificial, la conectividad 5G y las cámaras digitales con cada vez más resolución completan un puzzle que a través de la visión artificial conduce al tratamiento informático de la realidad observable.
Eso es lo que ahora ofrece Telefónica a sus clientes empresariales con el desarrollo de la tecnología de visión artificial. Más allá del reconocimiento biométrico o la videovigilancia, la visión artificial es capaz de automatizar procesos en distintos negocios, desde controlar el aforo de un lugar público o poder probarse la ropa sin tocarla, con la importancia de labores como estas dos en el contexto actual.
En el caso de la industria la visión artificial puede encargarse de controlar procesos y la calidad de la cadena de producción y sus resultados, detectar averías en maquinaria, identificación de errores y supervisión capaz de minimizar o evitar riesgos. Todo esto lo hace posible Telefónica a través de Tracking Media, su plataforma de servicio integral.
A través del análisis efectuado mediante visión inteligente, Tracking Media incluye dispositivos y herramientas para comunicaciones y gestiones del propio vídeo que se obtiene, así como el análisis de dichas imágenes y su aplicación al proceso de la empresa, algo que puede hacerse con carácter modular en función de las necesidades del cliente.
Así podemos encontrar cámaras termográficas, de alta velocidad o adaptadas a diferentes soportes: vehículos, maquinaria, cascos, drones. Esto permite que en ocasiones, y según las necesidades, la propia cámara pueda incorporar el módulo de análisis o bien el de comunicación de las imágenes para supervisión, almacenamiento o análisis remoto. En función de la naturaleza del proceso serán usos en tiempo real o almacenando los vídeos obtenidos asociados a los procesos industriales del cliente.
Como vemos, es una forma muy específica de convertir la información visual en datos que aporten valor a las necesidades de la empresa. Con ello podrá conocerse mejor la producción, analizar el comportamiento del cliente o alcanzar una mayor eficiencia y mejorar la experiencia del cliente. O del ciudadano, porque también puede aplicarse a procesos, gestión, vigilancia y supervisión de espacios públicos.
Algunos de los ámbitos y empresas que ya se valen de esta tecnología son:
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