Los ataques de denegación de servicio (DDoS) que sufrieron tanto Twitter como Facebook, Google y otros fueron aparentemente el resultado de un ataque geopolítico contra una sola persona, y consiguieron hacer que estas redes y servicios de Internet se colapsaran y en algunos casos cayeran completamente.
Los responsables de Twitter han tratado de tranquilizar a algunos desarrolladores de aplicaciones de terceras partes que se han visto afectados por el ataque de forma indirecta ya que sus herramientas no funcionan, y de hecho el personal técnico de Twitter sigue trabajando para resolver un problema que ha sido más grave de lo que se pensaba inicialmente.
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