Li Lin y Li Juan son dos jóvenes chinos que se conocieron en un ciber café en el año 2007 cuando aún eran menores de edad. Desde aquel momento iniciaron una relación que ha dado como fruto tres hijos.
Pero al mismo tiempo que comenzaron su vida en pareja se inició también su enfermiza adicción a los juegos multijugador online. La obsesión por este tipo de entretenimiento les llevó a tomar una decisión: pusieron en venta a sus propios hijos para poder financiar las suscripciones y la compra de objetos en sus interminables partidas.
La pareja decidió que no quería cuidar de sus pequeños y fueron vendiendo uno a uno a sus bebés. Primero obtuvieron unos 466 dólares por su segunda hija, después decidieron comercializar también con su primogénito con cuya venta ganaron unos 4.660 dólares. Repitieron la operación con el tercer hijo, ganando una cantidad similar.
Pero este turbio asunto ha sido descubierto por las autoridades gracias a la madre de Li Lin, que denunció a la pareja cuando tuvo noticias de lo que estaba sucediendo.
En su declaración Li Lin y Li Juan aseguraron que no tenían constancia de que vender a sus hijos fuera ilegal y han reconocido que “no queremos criarlos, sólo queremos venderlos por algo de dinero”.
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