Hablar de la India es hacerlo de un país emergente donde crecen los consumidores de dispositivos móviles, y que ofrece una importante oportunidad de negocio que Vodafone no ha dejado escapar.
La compañía británica ya tiene establecida desde 2007 una operadora móvil en la India, desde la que da servicio a alrededor de 150 millones de clientes, cifra que le permite ser la tercera más importante del país.
El problema que encontraba Vodafone es que al ser una compañía extranjera, la legislación de la India no le permitía tener el control total de la filial, por lo que de forma directa e indirecta, era dueña del 84,5%, con un 16,5% que se escapaba de su control.
En agosto se produjeron cambios en la legislación de la India, y Vodafone espera aumentar su participación en esa filial, algo que llevarán a cabo comprando acciones a partners minoritarios.
De momento se sabe que la empresa británica ya ha solicitado la autorización a las autoridades indias para una operación, pero se desconoce si la idea de Vodafone en la India es comprar todas las participaciones de sus accionistas minoritarios o solo una parte de ellas.
Si optaran por la primera opción se estima que deberían tener que desembolsar una cantidad que podría estar cerca de los 2.000 millones de dólares.
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