Así lo ha confirmado Steve Sinofsky, responsable de Windows, a través del blog oficial “Building Windows 8” en el que la compañía está dando a conocer algunas de las novedades que traerá esta nueva versión.
“La decisión de apostar por USB 3.0 fue fácil de tomar, pero hacerlo sin comprometer el ecosistema existente USB fue un gran reto a superar”, reconoce Sinofsky.
En este sentido el responsable de Windows explica que el diseño del sistema operativo “tuvo que seguir la especificación 3.0 revisada para ser compatible con todo el hardware USB 3.0” además de combinar este soporte con la compatibilidad de los dispositivos USB tradicionales.
De esta forma, Windows 8 contará con soporte para USB 2.0 y 3.0, aunque desde Microsoft tratan de convencer a los usuarios de las grandes ventajas que supone el nuevo estándar, que es “hasta diez veces más rápido que USB 2.0”.
Además Sinofsky destaca que USB 3.0 mejora la gestión de la energía de manera que alarga la vida de las baterías.
“Para 2015 se espera que todos los PCs nuevos ofrezcan puertos USB 3.0 y más de dos millones de nuevos dispositivos USB se venderán sólo durante ese año”, señala el responsable de Windows. Estos cálculos coinciden con las previsiones de los analistas, que auguran un futuro prometedor para este estándar.
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