Este es el primer paso para que YouTube compita con la televisión y con otros servicios de películas y series online, tal y como se propone Google.
La idea es que Disney produzca cortos que serán distribuidos exclusivamente a través de su canal en YouTube. En términos económicos, este acuerdo supone una inversión de entre 10 y 15 millones de dólares, según The New York Times.
Esta alianza ayuda a ambas partes a suplir sus carencias. Por un lado, YouTube consigue aliarse con una empresa grande que le ayudará a aumentar su credibilidad ante los padres de los menores, muchos de los cuales no están del todo tranquilos al dejar a sus hijos navegar libremente por YouTube.
Además, la unión con Disney permitirá a la plataforma de vídeos online llamar la atención de nuevos y potentes anunciantes. “Queremos trabajar con las mejores marcas y por supuesto esperamos que esta asociación atraiga a nuevos anunciantes”, afirma Robert Kyncl, responsable de YouTube.
Por otra parte, Disney aprovechará la popularidad de YouTube entre el público más joven para reforzar su presencia online y encontrar una forma más efectiva de distribuir sus contenidos ahora que el cine tradicional vive sus horas más bajas.
El acuerdo con Disney será sólo el primero de otros muchos ya que YouTube podría anunciar en los próximos días la apertura de hasta 20 canales con contenidos originales y profesionales.
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