5 consejos para introducirse en la virtualización

Una de las tareas más duras a la hora de migrar a un entorno virtualizado es la planificación. Afortunadamente, en los entornos más sencillos sólo necesitaremos pensar en unos pocos puntos antes de comenzar.

Consejo 2: Considere las implicaciones en licencias y soporte

Los administradores de TI necesitan saber, si es que lo hay, el impacto que tendrá la virtualización sobre las licencias software y soporte de las aplicaciones. Dependiendo de la aplicación, puede que el acuerdo de términos y condiciones no soporte que el software sea migrado a un entorno virtualizado. Además, puede que los desarrolladores de algunos de estos programas no ofrezcan soporte bajo entornos virtualizados, por lo que no estarán dispuestos a ofrecerlo tras la migración al nuevo entorno.

Consejo 3: Permítase gastar tiempo en planificar

Como cualquier profesional de TI sabe, poner en marcha un nuevo sistema requiere dedicar recursos, presupuesto y tiempo. Expertos de la industria estiman que la etapa de planificación, constituye el 90% de un proyecto de virtualización. Las actuales migraciones son relativamente fáciles de realizar, siempre que hayan sido bien planificadas. Cualquier sistema informático que deba ser migrado deberá ser comprobado previamente con detenimiento, y contar con una copia de seguridad de hasta seis meses antes de la migración.

Los directores de TI no deberían olvidarse de evaluar el tipo de hardware que necesitará cada máquina virtual para operar de manera eficiente. También necesitan asegurarse de que el número de entornos virtuales alojados en una misma máquina, no se les escaparán de las manos. Si esto ocurriese, tendría serias consecuencias para la estabilidad del entorno, y la disponibilidad de las aplicaciones. Un minucioso plan de implantación ayudará a las empresas a minimizar cualquier problema que pudiera surgir.

Consejo 4: Evaluar los niveles de disponibilidad de aplicación, y el riesgo para la continuidad del negocio

A pesar de los muchos beneficios de la virtualización, las empresas están comenzando a darse cuenta de que existen riesgos asociados a esta tecnología. Mientras que la virtualización es útil para protegerse contra caídas planeadas de las aplicaciones, proteger a los entornos virtuales de caídas no planeadas es un asunto muy diferente. Hoy, el coste de unos pocos minutos de inactividad imprevista puede ser sumamente perjudicial y, con entornos virtuales, el riesgo es mayor porque debido a la consolidación de servidores, muchas veces un único punto de fallo afecta a múltiples entornos o aplicaciones. Las empresas deberán considerar una solución que combine la tecnología de virtualización, con la máxima disponibilidad y protección necesaria para mantener a la compañía funcionando sin problemas.