Hasta los retrasos de 100 milisegundos en la carga web perjudican las tasas de conversión

“Las degradaciones de rendimiento en sitios web, por muy pequeñas que sean, pueden provocar que los consumidores se vayan a otro sitio en un instante”, observa Akamai.

¿Cómo afecta la velocidad de una página al comportamiento de los usuarios, y potenciales clientes? ¿Cuál es un tiempo de espera razonable? ¿Un segundo, dos, tres?

El Informe del Retail Online en Materia de Rendimiento, que ahora publica Akamai tras la adquisición de SOASTA, deja claro que el comportamiento de una web y el tiempo que tarda en cargarse influye en el engagement de los internautas. Y, por tanto, en su decisión de seguir adelante con una transacción online o no.

Por ejemplo, se sabe que la mitad de los consumidores realiza búsquedas de productos o servicios desde el smartphone. Y, aunque sólo 1 de cada 5 completa la compra desde el propio teléfono, hay que tener en cuenta que el 53 % de quienes navegan con el móvil acabará abandonando un sitio si tarda más de tres segundos en cargar.

El informe de Akamai revela que el hecho de que haya dos segundos de retraso ya aumenta las tasas de rebote en un 103 %. Incluso las tardanzas de menos de un segundo influyen. Por ejemplo, un retraso de 100 milisegundos haría caer las tasas de conversión en un 7 %.

“Los clientes tienen periodos de atención extremadamente cortos y las degradaciones de rendimiento en sitios web, por muy pequeñas que sean, pueden provocar que los consumidores se vayan a otro sitio en un instante”, comenta Ash Kulkarni, vicepresidente sénior y director general de la División Experiencia Web de Akamai.

“La experiencia de usuario es crucial para el éxito del comercio electrónico”, subraya Kulkarni, “y las cosas no van a volverse más fáciles”.