¿Es hora de que Microsoft tire la toalla con Windows Mobile?

Los de Redmond tienen mejores maneras de hacer negocio en el mercado de los smartphones que seguir invirtiendo en un sistema operativo que no deja de perder cuota de mercado con poca aceptación entre los usuarios.

Con la irrupción del iPhone en el segmento smartphone, Apple empezó a robar los usuarios corporativos que todavía le quedaban a Microsoft, algo que se vio acrecentado con la llegada del sistema operativo de Google, Android, en los primeros terminales de HTC, y la reciente incursión de Palm con webOS.

Palm está refloreciendo, aunque no hay que olvidar que ha vivido momentos mejores. Una de las razones que acentuaron su camino al destierro se fue el abandono de su propio sistema operativo para incorporar Windows Mobile 6.1, un movimiento que no fue bien acogido por los usuarios y que le ha costado más de un disgusto. webOS, por ahora sólo presente en el terminal Palm Pre, ha cosechado muchos éxitos, y se perfila ya como un candidato al mejor sistema operativo móvil de mundo. En el Mobile World Congress, Palm adelantó que por ahora sólo implementaría este sistema operativo en algunos terminales, asegurando que mantendría su alianza con Microsoft y Windows Mobile en los terminales con enfoque más profesional. No sería extraño que las buenas críticas logradas con webOS y el impulso de las ventas animen a Palm a abandonar definitivamente a Windows Mobile.

Por otro lado, el sistema operativo de Google, Android, ha logrado hacerse un hueco en el mundo de los smartphones, gracias a sus versátiles funciones y el omnipresente apoyo del buscador. Los aspectos más destacados de Android son el acceso a Android Market, el hecho de que esté basado en software libre y la integración con otras aplicaciones de Google como Google Docs.

Windows Mobile 6.5, cuyo lanzamiento está previsto para octubre ha sido percibido por los usuarios como un parche para actualizar la versión actual, pero en realidad el mercado espera la llegada de Windows Mobile 7, previsto para 2010. La pregunta ahora es: ¿no será demasiado tarde para recuperar el terreno perdido?