¿Es la adicción a los videojuegos una enfermedad?

La Asociación Española de Videojuegos y otros organismos se oponen a la revisión prevista en la clasificación de enfermedades CIE-11 de la OMS.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) se encuentran en proceso de revisión de su clasificación de enfermedades, con lo que se conoce como CIE-11.

En el borrador que existe actualmente se propone añadir dentro de los “Trastornos debidos a comportamientos adictivos” el “gaming. Y, si sigue adelante, esta consideración de la adicción a los videojuegos se aprobaría en mayo del año que viene, algo con lo que no están de acuerdo diferentes organizaciones de editores y desarrolladores de juegos. Y así lo han hecho saber.

Es el caso de la Federación ISFE (incluida la Asociación Española de Videojuegos), la Unión Brasileña de Videojuegos, la Entertainment Software Association de los Estados Unidos, la Entertainment Software Association of Canada, la asociación Interactive Entertainment South Africa, la Interactive Games & Entertainment Association de Australia y Nueva Zelanda y la Korea Association of Game Industry.

Estas organizaciones han hecho pública una declaración sobre las implicaciones que tendría, en su opinión, esa revisión.

“Más de 2.000 millones de personas en el mundo disfrutan de forma segura y sensible de videojuegos de todo tipo de géneros, con el valor educacional, terapéutico y de ocio reconocidos y acreditados de estos juegos”, indican, apuntando a casos como su uso por parte de personas con demencia o para fomentar un pensamiento estratégico y el aprendizaje en las aulas.

“Por esta razón, nos preocupa comprobar que se sigue incluyendo el ‘trastorno por adicción a los videojuegos’ en la última versión de la lista CIE-11 de la OMS, a pesar de una notable oposición de la comunidad médica y científica”, dicen. Y añaden, sobre la base empírica: “la evidencia y las pruebas esgrimidas para su inclusión han sido manifiestamente disputadas y son poco concluyentes”.

Los miembros de la industria creen que esta clasificación podría generar abusos en el diagnóstico e incluso una situación de pánico.

En su comunicado explican que “esperamos que la OMS reconsidere lo que es cada vez más evidente” antes de aprobar “la versión final de la lista CIE-11”. De hecho, solicitan “de forma urgente” el descarte de “posibles decisiones injustificadas” con “implicaciones impredecibles para los sistemas de salud de todo el mundo”. Y advierten de que “nuestra industria y sus defensores en todo el mundo continuarán alzando su voz en contra de esta decisión”.