Los usuarios de Internet se encuentran bajo la mirada de todo el mundo que pueda hacer seguimiento en la Red. Los principales vigilantes son las redes de anuncios, sobre todo, las grandes como Google Adwords, Oracle Bluekai, Atlas Solutions o AppNexus.
Le siguen los medidores de tráfico online, las herramientas de análisis web y las redes sociales. Estas últimas no solo rastrean la actividad de los perfiles sino que permiten vigilar cualquier sitio web con botones o widgets sociales.
La clave para los anunciantes es conseguir los datos básicos del usuario de la web.
El propio navegador ya proporciona la dirección IP, información sobre las versiones del software, la resolución de la pantalla que se utiliza, etc. Toda esta información combinada supone un buen punto de partida para que el anunciante pueda realizar más acciones.
Algunas de las fórmulas que propone Kaspersky Lab para complicar el seguimiento son cambiar los ajustes del navegador, utilizar la navegación segura, bloquear las cookies, activar el bloqueo de pop-ups, rechazar los ayudantes de búsquedas o limpiar la caché del ordenador.
La cuestión más importante es dónde acaban los datos que las compañías de Internet recopilan de los usuarios.
No existen pruebas de que estos datos se almacenen de forma segura, ya que las fugas de información de estas compañías son habituales.
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