Ransom DDoS, lo último en ataques de denegación de servicio

Hay ciberdelincuentes que amenazan por mensaje para exigir un pago en bitcoins a cambio de no lanzar ataques DDoS.

Entre los meses de abril y junio, los ataques DDoS se extendieron por más países.

Las investigaciones de Kaspersky Lab demuestran que dichos ataques pasaron de afectar a 72 países en el primer trimestre de 2017 a 86 países en el segundo cuarto. En el top 10 se encuentran China, Corea del Sur, los Estados Unidos, Hong Kong, Reino Unido, Rusia, Italia, los Países Bajos, Canadá y Francia.

Además, durante el Q2 se registró el ataque más largo de todo el año, ya que duró 277 horas. Es decir, estuvo activo más de 11 días y medio.

Una tendencia que se está comprobando en cuanto a ataques DDoS es el Ransom DDoS. Y es que las amenazas y los pagos por rescates llegan también a este ámbito. En ocasiones, los ciberdelincuentes envían mensajes a las empresas y les exigen un pago, que va de 5 a 200 bitcoins, si no quieren que alguno de sus recursos críticos se convierta en su próximo objetivo.

Este tipo de amenazas pueden ir acompañadas de ataques cortos para demostrar que el peligro es real o, directamente, apostar por el Ransom DDoS sin DDoS en absoluto. Quien envía el mensaje amenazante podría no tener intención de lanzar el ataque final. De hecho, le valdría con que alguna de las empresas a las que contacta se asuste y pague para evitar la caída de su servicio. Con un esfuerzo mínimo, el ciberdelincuente obtendría beneficios.

“Hoy en día, no sólo los equipos experimentados de cibercriminales de alta tecnología pueden ser atacantes de Ransom DDoS”, advierte Kirill Ilganaev, director de Kaspersky DDoS Protection en Kaspersky Lab.

“Cualquier estafador que ni siquiera tiene el conocimiento técnico o la habilidad para organizar un ataque DDoS a gran escala puede comprar un ataque demostrativo con el propósito de extorsionar”, explica este experto. “Estas personas eligen en su mayoría empresas que no protegen sus recursos de DDoS de ninguna manera y, por lo tanto, pueden ser fácilmente convencidas de pagar un rescate con una simple demostración”.

Los profesionales de la seguridad desaconsejan pagar. “Si una empresa víctima decide pagar, puede conllevar daños a largo plazo además de pérdidas monetarias instantáneas”, explica Kaspersky Lab. “Una reputación de ‘pagador’ se propaga rápidamente a través de las redes y puede provocar nuevos ataques por parte de otros ciberdelincuentes”.