Desde 2008, Google viene manteniendo una batalla legal contra un grupo de anunciantes que demandaron a la corporación de Mountain View por haber sido inducidos a error sobre el lugar dónde sus anuncios eran colocados por el servicio AdWords.
La compañía había presentado una apelación contra el estatus de demanda colectiva de los anunciantes californianos. La apelación fue admitida por un juez federal en 2012, pero esa decisión fue revocada por un tribunal federal de apelaciones en San Francisco el año pasado. Ahora, la decisión del Tribunal Supremo refrenda ese fallo y permite que el caso avance como una demanda colectiva, según CNET.
Los anunciantes alegan que Google los engañó en lo referente al lugar dónde se colocarían sus anuncios online, al no informarles de que los anuncios adquiridos a través del programa AdWords de la compañía podrían aparecer en sitios de terceros.
Pese a que AdWords se utiliza sobre todo para poner anuncios junto a las búsquedas relevantes en Google, los demandantes denuncian que sus anuncios han aparecido en páginas de error, dominios cancelados y otras páginas no deseadas. Por ello, exigen un reembolso de sus pagos.
La demanda es relevante si tenemos en cuenta que Google es, con mucho, el líder en ingresos por publicidad digital de todo el mundo. Según las cifras de la firma de investigación eMarketer, la corporación acaparó alrededor del 30% de todos los ingresos por publicidad digital el año pasado.
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