El acceso a los archivos, un lastre para los teletrabajadores españoles

Casi 2 de cada 10 se ven obligados a acudir a la oficina solamente para imprimir o firmar documentos.

La mitad de las empresas españolas ha sufrido económicamente a causa de la pandemia de coronavirus, por encima de la media europea (40 %). Y tres cuartas partes tienen previsto financiar un aumento de su gasto en TI, más que en otros países como Reino Unido (67 %) o Francia (64 %).

Esta es una de las conclusiones a las que llega Canon Europa en su estudio Instantánea híbrida: impacto en los empleados y en la experiencia de TI.

Este informe revela que la necesidad de cambio es elevada, dado que los empleados españoles son los más propensos (82 %) a que la crisis económica afecte a su forma de trabajar. Lo bueno es que las organizaciones se muestran decididas a digitalizarse para favorecer la nueva realidad del entorno laboral.

Entre los principales problemas que se encuentran los empleados españoles cuando trabajan fuera de la oficina se encuentra la dificultad de acceso (46 %), especialmente para acceder a archivos. El 19 % tiene que ir a la oficina sólo para imprimir o firmar documentos y un 17 % para recogerlos.

Canon desvela que casi un tercio de los empleados no pueden acceder a los documentos físicos que necesitan. Además, tienen dificultades con los tiempos de respuesta de los equipos de TI. El 30 % habla de retrasos en la resolución de problemas técnicos cuando teletrabaja, por encima del 19 % de media europea.

Por otro lado, un 27 % se ve obligado a comprar o usar una impresora o escáner personal para trabajar bien desde casa, también por encima del 21 % que marca Europa. Y 4 de cada 10 responsables de TI en nuestro país enfrentan dificultades para conectar estos dispositivos externos a la red corporativa.

“Los empleados continúan teniendo problemas con los flujos de trabajo diarios basados en los documentos cuando están fuera de la oficina”, certifica Marc Bory, Workspace Planning, Marketing & Innovation Senior Director de Canon Europa.

“Nuestro estudio sugiere que, aunque las empresas puedan aportar lo básico, están lejos de ofrecer una infraestructura tecnológica capaz de funcionar sin problemas en entornos de trabajo híbridos”, concluye Bory.