“El impacto de un entorno de trabajo en remoto en la salud mental de la plantilla puede ser perjudicial”

Aunque el teletrabajo está incrementando la productividad, según un estudio de Capgemini, también puede aumentar el estrés.

El teletrabajo ha llegado para quedarse. Es una opinión compartida por expertos, trabajadores y empresas, que durante los últimos meses han tenido que acelerar la transformación digital para adaptarse a las circunstancias excepcionales de la pandemia de coronavirus.

Según un informe del Capgemini Research Institute (El futuro del trabajo: del modelo remoto a uno híbrido), la mayoría de las organizaciones registró fuertes aumentos de productividad durante el tercer trimestre de 2020 con la conexión remota de sus empleados.

Ocho de cada diez empresas españolas tienen a cerca de un tercio de su plantilla trabajando en remoto. Y el teletrabajo está generando, de media, un incremento del 22 % en su productividad, según la información que maneja Capgemini. En concreto, el 66 % de las firmas españolas consultadas mejoró su productividad en los meses de verano, por encima de la media mundial del 63 %.

Esto ha sido posible gracias a la reducción, o directamente a la supresión, del tiempo de desplazamiento a la oficina, a unos horarios más flexibles y al uso de herramientas de colaboración virtuales. A esto hay que añadirle otras ventajas como la reducción de costes inmobiliarios.

Sobre todo, se están beneficiando de este cambio las funciones digitales y de TI, el servicio al cliente y los departamentos de ventas y marketing. En el extremo contrario están las tareas de fabricación, investigación y desarrollo y cadena de suministro, que dependen de la presencialidad.

Aunque los datos son positivos y las organizaciones prevén que la productividad seguirá aumentando en años venideros, cuando la pandemia termine, todavía hay que encontrar un modelo operativo adecuado que favorezca el bienestar de los empleados.

Las personas que trabajan de forma remota pueden tener la sensación de que necesitan estar siempre conectadas. Y eso genera estrés y preocupación. La integración de nuevos fichajes, además, es más complicada en la nueva normalidad.

“Para mantener el aumento de rendimiento deben actualizarse los sistemas de gestión del desempeño para medir la productividad y los resultados, en lugar de la producción y las horas registradas por los empleados”, determina Claudia Crummenerl, directora gerente de personal y organización en Capgemini Invent.

“Nuestro informe muestra que el impacto de un entorno de trabajo en remoto en la salud mental de la plantilla puede ser perjudicial”, avisa. “Por lo tanto, los ejecutivos deben ofrecer apoyo adicional para crear un entorno en el que las personas puedan hablar abiertamente de sus preocupaciones y fomentar un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada”.

“Comunicar los valores y creencias de la organización” o “confiar en los empleados son aspectos críticos para lograr conexiones más fuertes”, añade Crummenerl. “Todo ello, respaldado por una infraestructura digital adecuada que permita un trabajo digital fluido, puede impulsar la eficiencia de los empleados y, con el tiempo, sostener un modelo de trabajo híbrido”.