El tener un teléfono móvil de última generación se ha convertido en uno de los elementos clave para que las compañías de telecomunicaciones capten a sus usuarios.
Los objetos de deseo han movido durante años el mercado, aunque la elección de un móvil nuevo puede convertirse en un matrimonio problemático con la operadora asociada.
Según un estudio de la compañía Simyo y el portal ADSLZone, el 80% de los usuarios se encuentran con problemas para liberalizar el equipo cuando termina la permanencia, lo que impide que migren desde su compañía a otra en caso de que quieran seguir contando con el terminal operativo.
No sólo eso: según concluye este estudio, al 60% de los encuestados la operadora no le explicó “bien” las condiciones asociadas a su contrato, algo especialmente sangrante teniendo en cuenta que el 60% de los usuarios preguntados cuentan con un contrato de permanencia.
Aún así, la permanencia sólo es el principal problema para el 35% de los encuestados frente a un 65% que critica las tarifas.
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