Cualquier compañía posee información sensible para su negocio. Cuando hablamos de la fuga de datos, la mente se nos vuelve hacia el sector bancario, financiero, o datos personales relacionados con la salud, etc. Sin embargo, para cualquier compañía,
la publicación de sus resultados financieros antes de tiempo o la fuga de sus costes de producción u operación o incluso de la información de nóminas e información personal de sus empleados o clientes constituye un serio problema para su negocio, sin contar con la pérdida de confianza que estos hechos generan en sus clientes y colaboradores.
Pero el
panorama no es tan desalentador como parece, el mercado de la protección contra fuga de información o DLP (Data Loss Prevention) es un mercado emergente cuya función consiste en identificar y clasificar la información sensible de la organización y detectarla posteriormente en tres modos: en reposo (Data at Rest), es decir, localizar la información allá donde se encuentre guardada; en uso (Data in Use) que se corresponde con conocer que uso está haciendo el usuario de la información sensible en su puesto; y en tránsito (Data in Motion) monitorizando los canales de comunicación corporativos con la capacidad de detectar si la información está fluyendo por ellos, quién la ha enviado, cómo y dónde, con objeto de identificar en el momento una posible violación de política de seguridad.
A este respecto, analistas como Gartner o Forrester llevan ya dos años analizando el mercado y señalando las soluciones más evolucionadas, sólidas y con mejores resultados.