En seis meses se batió la cifra de ciberataques de 2019

Entre enero y junio de 2020 los ataques de intrusión superaron en un 17 % el total de intrusiones registrado el año pasado.

Los ciberdelincuentes sólo han necesitado seis meses para superar el número de ataques de todo 2019. El informe anual CrowdStrike Falcon OverWatch sobre amenazas revela que entre enero y junio los ataques de intrusión superaron en un 17 % el total de intrusiones registrado el año pasado.

La intrusión hands-on keyboard fue especialmente destacada. Los delincuentes se decantan por explorar los sistemas comprometidos por su cuenta en vez de esperar a que la tarea se automatice.

La pandemia de coronavirus tiene mucho que ver en estos resultados, ya que abre oportunidades de ataque por la adopción masiva del teletrabajo y el hambre informativa de los ciudadanos sobre las últimas novedades.

“Estamos viviendo en un mundo completamente impredecible en todos los sectores, también en el de la ciberseguridad” observa Jennifer Ayers, vicepresidenta de OverWatch, “en el que los ciberdelincuentes no han dejado de llevar a cabo ataques aprovechando el caos provocado por la COVID-19, demostrando claramente cómo las ciberamenazas están intrínsecamente relacionadas con fuerzas geopolíticas y económicas globales”.

“Los datos que hemos analizado demuestran cómo nuestros adversarios se han adaptado perfectamente al entorno que están sufriendo las víctimas y cómo han modificado sus objetivos para encontrar nuevas oportunidades de ataque”, dice.

“Por esta razón, es más importante que nunca que las organizaciones desplieguen estrategias de defensa multicapa que incorporen prácticas básicas de seguridad, soluciones de respuesta y detección en el endpoint (EDR), asesoría en la búsqueda de amenazas, contraseñas robustas y formación para que los propios empleados puedan defender su entorno”, aconseja.

La actividad de los cibercriminales supera a la de los gobiernos, auspiciada por estrategias como el ransomware como servicio. Y el sector más atacado es el tecnológico, seguido por los fabricantes, que 2019 no aparecían ni entre las diez primeras víctimas. La industria de las telecomunicaciones también se mantiene como objetivo, sobre todo en China.