El sistema instala chips inteligente en contenedores de basura, ordenadores en los vehículos de recogida, células de pesaje y software de gestión para registrar información sobre la logística de los residuos sólidos urbanos.
Es el primer paso para aplicar fórmulas municipales de fiscalidad sobre generación de residuos, un sistema que en algunas ciudades supone un ahorro de hasta 100 euros para las familias que generan menos basura.
En Europa estos sistemas se utilizan sobre todo en Alemania y Bélgica. Inglaterra está empezando a hacerlo, con una ley aprobada recientemente que pretende dar un cambio sustancial en sus políticas de residuos.
España tampoco quiere quedarse atrás. De hecho, el 75 por ciento de los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes disponen de ingresos en concepto de tasa de basuras con una tendencia creciente debido al aumento del coste de este servicio y a la disminución de otros ingresos (IAE…). Otra cosa es imponer esta tasa a quien más basura genere.
Hay ayuntamientos pioneros, como el de Torrelles de Llobregat (Barcelona), en el que se realiza recogida puerta a puerta y se obliga a los ciudadanos a comprar bolsas de basura estandarizadas para la fracción orgánica. De esta forma se incentiva la reducción.
Cataluña, Cantabria y algunos municipios andaluces estudian el sistema de MOBA para hacer más eficientes sus planes de recogida de residuos.
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