La muerte prematura que reciben dispositivos como smartphones y ordenadores portátiles, entre otros aparatos, y una irresponsable gestión de sus componentes están convirtiendo el planeta en un cementerio de chatarra electrónica.
La muerte prematura que reciben dispositivos como smartphones y ordenadores portátiles, entre otros aparatos, y una irresponsable gestión de sus componentes están convirtiendo el planeta en un cementerio de chatarra electrónica.